Ester Pérez Parra Psicología
Terapia infantil
La terapia infantil es un tipo de tratamiento psicológico que utiliza diversas técnicas y métodos como es el juego para potenciar el bienestar emocional y social del niño.
Si la familia juega un rol importante en la vida de las personas, esto sucede aún más en la de los niños. Nuestro enfoque de trabajo se centra fundamentalmente en la familia, por lo que la participación de esta se convierte en un aspecto esencial.
Los papás y mamás se convierten en los perfectos aliados, que hacen que los cambios se agilicen y sean más duraderos. De este modo se van aprendiendo nuevas formas de relacionarse con el niño que favorezcan su desarrollo cognitivo y emocional.
Los objetivos de la intervención son similares a los de la terapia de adultos, pero se alcanzan de maneras distintas. Para trabajar con niños es muy importante conocer su desarrollo evolutivo, aplicando las técnicas terapéuticas con materiales y actividades que le resulten atractivos.
En este tipo de terapia el juego es el elemento fundamental de trabajo. A través de él el niño se expresa y aprende a comprender sus emociones, expresarse y se muestra tal y como es.
La duración de las sesiones es de 60 minutos. En función del caso y del momento de la terapia las sesiones tienen lugar o solo con el niño, alternando tiempo con el niño y con los papás o únicamente con los padres.
En las primeras sesiones nos centramos en conocernos y comenzamos a valora la situación y el estado emocional del niño.
Una vez tenemos claro las necesidades y los objetivos a trabajar comenzamos con la terapia propiamente dicha. La duración de esta varía mucho de un caso a otro. Mientras que en algunos casos en unas pocas sesiones se han alcanzado los objetivos, en otro tipo de alteraciones los resultados tardan algo más en verse. Cada niño es único y lleva un ritmo distinto.
Cuando el problema que estuviéramos tratando ha mejorado las sesiones se espacian, llegando a la fase de seguimiento. En esta etapa el niño y la familia aplican las estrategias que se han aprendido de manera autónoma, distanciando las sesiones hasta que se acuerda su finalización.
Los problemas sobre los que trabajamos son:
Alteraciones de conducta: enfados, rabietas, ira excesiva, agresividad…
Baja inteligencia emocional.
Duelos por el fallecimiento de un ser querido.
Cambios en la situación familiar: separaciones, divorcios, nacimientos de hermanos (celos…), mudanzas…
Tristeza, irritabilidad, cansancio excesivo.
Alteraciones del neurodesarrollo: trastornos el espectro autista, trastorno por déficit de atención e hiperactividad…
Miedos intensos: oscuridad, animales, dentista…
Alteraciones del sueño: pesadillas, terrores nocturnos, insomnio…
Caídas de rendimiento académico.
Conductas obsesivas y repetitivas.
Ansiedad por separación.
Ansiedad ante los exámenes.
Dificultades en las habilidades sociales.
Asertividad: saber decir que no y hacer valer sus derechos respetando a los demás.
Autoestima: bajo autoconcepto, perfeccionismo, alta exigencia, problemas en la toma de decisiones…
Control de esfínteres: enuresis (pipí) y encopresis (caca).
Regulación emocional: baja tolerancia a la frustración.
Adicción a las nuevas tecnologías.
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